La educación y el empoderamiento de las familias son pilares esenciales para promover la inclusión y el progreso de las personas con síndrome de Down.
Los educadores tienen el poder de fomentar un ambiente inclusivo y de apoyo, donde cada alumno, incluidos aquellos con síndrome de Down, pueda alcanzar su máximo potencial.
Apoyando la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y de sus familias.